El día en que fueron retiradas las antiguas jaulas fue celebrado por vecinos y pescadores de Portocolom.

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J.M.SASTRE/J.SOCIES
La polémica está servida de nuevo. Miquel Planas Clar, el particular al que en 2003 se le impidió instalar una piscifactoría de doradas y lubinas en aguas de Portocolom, ha vuelto a la carga con el mismo proyecto pero con cambio de ubicación. En 2003, el proyecto fue denegado junto a otro de una empresa de Murcia para una piscifactoría de atunes, porque estaban proyectados en una zona marítima protegida como LIC (Lugar de Interés Comunitario), informaron fuentes autorizadas de la Conselleria d'Agricultura i Pesca. Ahora, el promotor de las jaulas de doradas y lubinas ha realizado un cambio de ubicación y las jaulas de engorde estarían a una milla de la zona costera. La noticia causó entonces un enorme revuelo y topó con la oposición de partidos políticos, el GOB y la cofradía de pescadores de Portocolom y ahora parece que la situación no será diferente.

Desde la cofradía de pescadores de la zona costera expresaron ayer su indignación y total rechazo a este proyecto hasta el punto de declarar que «moveremos cielo y tierra para evitar que se coloquen las piscifactorías». La oposición en el seno de la cofradía es incluso más radical ahora que en 2003 puesto que hace pocos meses que «nosotros quitamos las jaulas del puerto de las que teníamos participaciones porque la gente estaba en contra y ahora no podemos aceptar que se coloquen otras». El proyecto incluye la instalación de cuatro jaulas flotantes para la cría de doradas y lubinas que ocuparían una extensión de 4.900 metros cuadrados de las aguas de Portocolom.

Los argumentos en contra de las piscifactorías se basaban en motivos medioambientales. En su momento, el GOB advirtió que estos puntos de engorde contaminan las aguas y el fondo marino a causa de los residuos que transmiten los piensos con que son alimentados los especímenes y los excrementos que producen. La Conselleria d'Agricultura i Pesca ha publicado la solicitud del particular aunque advierte que la autorización depende de «diferentes permisos y estudios».