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ÀNGELS HERNÀNDEZ
El mal tiempo no impidió que los binissalemers vivieran la esperada Festa del Vermar, que ayer puso fin a una de sus más reivindicativas ediciones. La fiesta, que tuvo el vino y la uva como protagonistas, empezó con la recepción de las autoridades, que fueron recibidas por el alcalde Miquel Nadal.

Este año estuvieron presentes el president del Parlament, Pere Rotger; el conseller de Comerç i Indústria, Josep Joan Cardona; el conseller insular, Miquel Àngel Borràs; el coronel Gaspar Alorda; el secretario general del PSIB-PSOE, Francesc Antich, y los alcaldes de Alaró y Lloseta, Miquel Deyà y Bernat Coll, entre otros.

Seguidamente, la comitiva se dirigió a la iglesia de Santa María de Robines, donde se celebró misa solemne oficiada por el obispo de Mallorca, Jesús Murgui. A pesar de la lluvia, después del acto religioso, las autoridades y un numeroso público llenaron la plaza para no perderse el concurso de racimos.