El Ajuntament reclama al banco un total de 394.049,87 euros. La cantidad se desglosa en 374.667,95 euros en concepto de reintegros sin firma autorizada y 19.381,92 euros por los intereses, gastos y comisiones derivadas de que la cuenta de tributos estuviera al descubierto en muchas ocasiones.
Llama poderosamente la atención el hecho que en la mayoría de los reintegros hechos por Gelabert aparezca la declaración y comprobación por parte de los empleados de la firma cotejada como conforme. Esta comprobación se efectúa por parte del empleado del banco que examina la firma del reintegro y la compara con la firma registrada en la cartulina de firma correspondiente a la cuenta bancaria, declarándola conforme si la persona que realiza el reintegro es la titular o persona autorizada que figura en dicha cartulina de firma de la cuenta. En este caso, lo cierto es que la firma de la ex recaudadora no se parecía en nada a la de la persona titular y autorizada de la cuenta, que era el actual regidor de Hacienda Guillem Fuster. El Ajuntament dice que este hecho es una «negligencia muy grave» por la que reclamará responsabilidades civiles.
La demanda civil elaborada por el abogado Pedro Morata es un laborioso trabajo que engloba casi 500 documentos que ponen de manifiesto las sucesivas «negligencias bancarias» como la de permitir las disposiciones a una persona no autorizada, las de haber firmado por parte de los empleados de Es Crèdit el haber comprobado y declarar «conforme» la firma de Gelabert en la mayoría de los reintegros, así como el haber permitido sin autorización saldos en descubierto con el coste de comisiones y elevados intereses en descubierto: «Todo conllevaba un perjuicio para el titular de la cuenta en contraposición con el beneficio que ello ocasionaba para Es Crèdit al haberse convertido prácticamente una cuenta de ahorro en una cuenta de crédito», según la demanda.
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