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El ex alcalde de ses Salines Sebastià Vidal (PP) declaró ayer ante el juez que pidió personalmente a diez alcaldes de su partido certificaciones que acreditasen la participación de la Agrupació de Cavallistes del municipio, a la que Vidal pertenece, en diferentes festejos de la Isla con el fin de conseguir la declaración de interés general para una edificación en suelo rústico propiedad de su familia. Vidal especificó que a ninguno de esos diez alcaldes o tenientes de alcalde les explicó para qué necesitaba esas certificaciones. Vidal declaró ante el titular del juzgado de Instrucción número 8 de Palma, Antoni Rotger, por la denuncia presentada ante las presuntas irregularidades de esas certificaciones, ya que la Agrupació de Cavallistes de ses Salines fue constituida legalmente en 2001 y esos documentos municipales certifican supuestas actuaciones anteriores que se remontan hasta 1994. Con las certificaciones, Vidal consiguió del Consell una declaración de interés general para una edificación en suelo rústico que debía servir como sede de la Agrupació de Cavallistes. Al destaparse el asunto, la institución insular suspendió el interés general y Vidal dimitió como alcalde.

Ayer también declararon Joan Jaume, teniente de alcalde de Llucmajor, y Sebastià Escales, celador municipal de ses Salines. Los tres declarantes comparecieron acompañados por el abogado Rafael Perera. Estuvieron presentes en las declaraciones el abogado de la acusación particular, Josep de Luis, y el fiscal anticorrupción, Joan Carrau.

Según la declaración, Vidal no explicó a los alcaldes el motivo de las certificaciones «porque no era una cuestión de interés». Vidal entró en contradicción con la declaración de Joan Jaume, pues éste aseguró que la Agrupació de Cavallistes cobraba por actuar, lo que el ex alcalde de ses Salines negó. Por su parte, el celador explicó que en tan sólo cuatro horas realizó un informe sobre la existencia de esa edificación, si bien ante el juez dijo que «no sabía de quién era», lo que causó la extrañeza de los presentes en la declaración, tratándose de un empleado municipal de 60 años de edad que ha vivido siempre en ses Salines.