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J.M.SASTRE/G.MAS
La abarrotada Sala de plenos del Ajuntament de ses Salines rompió en aplausos cuando la vara de alcalde de la localidad era recogida por primera vez en la historia por una mujer, María Bonet, en un gesto que simbolizó lo que, para el PP, debe ser el inicio de una etapa de «estabilidad en el municipio». No en vano, esta legislatura ha estado marcada por la polémica en ses Salines. Desde el paso de Francesc Garí al grupo mixto hasta el conocido escándalo de las cuadras y la casa de Sebastià Vidal que lo llevaron a la dimisión.

Antes de la investidura de Bonet como alcaldesa, tomó posesión del cargo el regidor Antoni Vicens, número cinco de las listas que sustituye a Sebastià Vidal.

Tras tomar la vara de alcaldesa, Bonet se dirigió a los asistentes agradeciendo las muestras de apoyo recibidas y garantizando «dedicación y muchas ganas para conseguir lo mejor para nuestro municipio». «Me podréis encontrar en el Ajuntament pero también por la calle, los bares para solucionar las pequeñas cosas que son tan o más importantes que los grandes proyectos», manifestó Bonet.

En la primera fila le escuchaban el secretario general del PP, José María Rodríguez y el presidente insular, Pere Rotger. También estuvieron otros alcaldes populares como Andreu Prohens, Miquel Vidal y regidores de la comarca entre otros dirigentes.