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Aunque mantiene aún la esencia competitiva, el Concurs d'Enfilar Tomàtigues ha pasado a ser una demostración y también una escuela para nuevos valores que quieren colaborar a mantener la tradición

La sexta edición del concurso de enhebrar tomates que se celebra en el Convent de Sant Bernadí de Petra con motivo de las Festes de la Mare de Déu dels Àngels, reunió el pasado viernes a una decena expertos cuya destreza con el hilo y la aguja intentaron imitar algunos aprendices.

El objetivo es conseguir una ristra de cuatro esquinas, es decir, intentar hacer con los tomates un cuadrado cuanto más regular mejor.

Los concursantes disponían de una cantidad concreta de tomates para partir en igualdad de condiciones. En los inicios la competición era cronometrada pero se abandonó esta práctica para evitar estados nerviosos.

Los expertos sostienen que enfilar tomates es fácil, que lo más complicado es precisamente lograr que la ristra tenga las cuatro esquinas bien definidas. Algunos lo lograron.