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El jurado de la 50 edición del premio de fachadas de sa Pobla, formado con motivo del aniversario por el arquitecto Rafael Moneo, el artista y periodista de Ultima HoraPep Roig y el pintor y escultor Joan Bennàsar declaró por primera vez desierta una categoría del certamen, con la que se premiaba los edificios de viviendas. «Hemos querido premiar aquellas casas que contribuyen a respetar el carácter de sa Pobla, pero no hemos encontrado ninguna vivienda en altura que cumpliera esta premisa», explicó el arquitecto Rafael Moneo.

El jurado sí concedió la distinción a otras dos viviendas. En la categoría de rehabilitación se distinguió la fachada de la calle Rosari, 66 de Pere Ignsasi Gost Serra, obra de los arquitectos Miquel Pomar y Pere Soler, que el jurado consideró que «mantiene estrictamente los elementos existentes, sin intentar falsas versiones de lo que era la arquitectura antigua». En este apartado el jurado quiso dejar constancia del «caótico despliegue de conducciones eléctricas y telefónicas que lesionan y dañan las fachadas nuevas atreviéndose a recomendar al Ajuntament que tome medidas para resolver esta situación». En la categoría de vivienda unifamiliar entre medianeras se otorgó el distintivo a la casa de la calle Santa Catalina Thomàs, 10, de Joan Rosselló y Catalina Soler, obra del arquitecto Biel Palou.

Una vez tomada la decisión Moneo no dudó en alabar la «singular» belleza de sa Pobla. «Es un pueblo con arraigo y sin una arquitectura monumental pero que tiene su razón de ser. Creo que este premio contribuye a que el municipio sea capaz de crecer bien».