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Fue un acto familiar, como no podía ser de otra forma, y nunca mejor dicho. Los primos hermanos Josep Oliver Amengual (UM) y Josep Oliver Rabassa (PP) oficializaron ayer en un pleno extraordinario el traspaso de la Alcaldía de Sineu entre ellos en consecuencia del pacto de gobierno que mantienen en el municipio y una vez cumplido el ecuador de la legislatura. El buen humor que suele reinar entre ellos ya se hizo evidente con la llegada que hicieron al Ajuntament en un coche de época conducido por el alcalde de Sencelles y buen amigo de ellos, Antoni Ferrer (PP). Al llegar pincharon una rueda con lo que aumentó el jolgorio. La fiesta que tenían prevista por la noche (el ya ex-alcalde de UM cumplía ayer 51 años) se esperaba que fuese sonada.

La proclamación de Oliver Rabassa (PP) como alcalde se produjo ayer después de la renuncia presentada por el de UM la semana pasado y con sólo dos votos en contra, del grupo Sineuers Independents, ya que el ex-alcalde Andreu Matas y Miquel Gelabert, ambos de esta formación, no estuvieron presentes en el pleno. El regidor del PSOE, Jordi Gelabert, llegó tarde a la votación. Tanto el ya alcalde como su primo y antecesor en el cargo, aprovecharon el acto para ensalzar en sus discursos el pacto de gobierno que mantienen en el Ajuntament. «Hay buena sintonía, buen rollo, y estamos haciendo un gran trabajo para dotar de infraestructuras a Sineu que quedarán para las generaciones venideras», dijo el nuevo alcalde del PP, agradeciendo el «gran apoyo del Govern y el Consell», ante los secretarios generales de PP y UM, José María Rodríguez y Damià Nicolau, que estuvieron presentes en el pleno junto al conseller d'Educació y Cultura y vecino de Sineu, Francesc Fiol, el presidente del PP en Mallorca, Pere Rotger, y varios alcaldes de ambas formaciones en Mallorca. El nuevo alcalde también destacó que se convierte en el primer alcalde del PP en Sineu y agradeció el trabajo realizado por sus antecesores en el partido y los votantes.

El alcalde saliente de UM también ensalzó el pacto y cargo irónicamente contra Andreu Matas, ausente, «por querer organizar mi vida privada y en el Ajuntament».