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A.G.
El conseller de Medi Ambient del Govern balear, Jaume Font, aseguró ayer que «en Balears hay cientos de piscinas en las mismas circunstancias que la de Pedro J. Ramírez en Costa dels Pins, con la diferencia de que no tienen ninguna concesión que las legalice. En lo único que tiene razón Cristina Narbona es cuando dice que el caso de esta piscina es único porque, en efecto, es el único legal». Font salió así al paso de las declaraciones de la ministra de Medio Ambiente, que responsabilizó a Jaume Matas de otorgar «la única» concesión que existe en España para una piscina situada en el dominio público desde la entrada en vigor de la Ley de Costas, en 1988. En este sentido, Font reconoció que Matas, en su etapa de ministro, heredó el mismo problema que Narbona porque «la Ley de Costas es de muy difícil aplicación. No deja de ser un ejercicio de hipocresía, porque tiene poco que ver con la realidad. Hay pocas cosas más absurdas que una ley para la galería, que carece de sentido común y es prácticamente inaplicable».

Font rechazó la acusación sobre la gestión de Matas en el Ministerio. «Si existe alguna irregularidad con respecto a esta concesión, o cualquier otra, exigimos a la ministra que la denuncie y que actúe como reglamentariamente proceda». Más aún, Font aseguró que «desde el delegado del Gobierno, Ramon Socias, hasta altos responsable del Ejecutivo español, incluyendo a la propia ministra, se comprometen en privado y luego intentan exculpar su implicación en público. Defienden incluso ante Pedro J. Ramírez lo contrario de lo que luego dicen en público, pero al final los compromisos son los que son. La ministra ha refrendado la concesión, ahora dice que de momento sólo para tres meses, y eso sí, esta vez la autorización es de uso privado exclusivo».

Con respecto a los criterios que hicieron posible que la piscina que usufructua Ramírez fuera legalizada, Font señaló que «según la Ley sólo había dos soluciones: ordenar la demolición o bien autorizar una concesión administrativa a un particular. Es evidente que todos los informes recomiendan que la solución menos mala, incluso en términos de protección, era la de la concesión. De hecho, la actual ministra se ha vuelto a encontrar con el mismo dilema y ha optado también por la concesión, aunque de momento para tres meses». «Así pues -sentenció el conseller- Narbona se encuentra ante el mismo dilema que heredó Jaume Matas: o derribar la piscina de Costa dels Pins o dar la concesión, y también ella se ha decidido por esta segunda solución, aunque, en un ejercicio de distracción para ganar tiempo, diga ahora que es para tres meses».