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El Ajuntament de Capdepera en pleno acordó solicitar al Ministerio de Educación y Cultura una ayuda para la restauración de tres torres de vigilancia de la costa gabellina. La torre del Cap Vermell, la Torre Esbucada y la atalaya de Son Jaumell se encuentran en un completo estado de abandono y corren el peligro de desaparecer, a pesar de haber sido declaradas Bienes de Interés Cultural en los años 70. El portavoz del PSM en la oposición de Capdepera, Mateu Garau, se hizo eco de este hecho durante el último pleno celebrado a finales de año. Mediante una moción que el resto de partidos apoyaron se acordó realizar la pertinente solicitud al Ministerio después de conocer el precedente que significa la rehabilitación de la torre Nova en Cala Santanyí.

La restauración de estas tres torres puede resultar difícil en la mayoría de los casos ya que, a excepción de la Torre Esbucada ubicada cerca del faro de Cala Rajada, las dos restantes están en la montaña y su acceso es complicado. Así, Mateu Garau, señaló que «trasladar los materiales necesarios para su restauración puede ser difícil y el Ajuntament no puede asumir estos gastos». Por su parte, el regidor de Cultura de Capdepera, Mateu Melis, manifestó que «la iniciativa es muy buena, trasladaremos el acuerdo de pleno al Ministerio y esperaremos la respuesta. Después, si procede, presentaremos el proyecto de reforma».

De las tres torres, s'Esbucada que recibe este nombre porque un cañón la derrumbó, es la que data de tiempos más modernos a pesar de ser la que necesita mayor reforma. La atalaya de Son Jaumell o torre del Telégrafo, situada entre Cala Mesquida y Cala Agulla, y la torre del Cap Vermell, sobre las cuevas de Artà, son las más antiguas y acusan una grave perdida de consistencia. Desde el PSM apuestan por una ruta arqueológica donde se incluyan las tres atalayas de vigilancia.