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LL.G.
El buen tiempo fue decisivo ayer para convertir la renovada Fira de l'Oli i la Mel de Sóller, Fornalutx y Deià en un éxito de participación. Después de más de una semana de lluvia, los organizadores temían que el tiempo tirara por el suelo su trabajo.

Por primer año, todos los expositores y actos de la feria se centralizaron en la plaza Constitución de Sóller, donde a partir de las 10 empezaron a llegar los visitantes a ver y probar los productos relacionados con el aceite, la miel y el olivar de montaña. También por primera vez no hubo sólo exposición sino también venta de maquinaria relacionada con el mundo del olivar. En unas grandes carpas se pudo ver muebles de olivo y probar helados de miel y aceitunas y aceites de diferentes clases elaborados por la Cooperativa de Santo Bartomeu o por la tafona de Can Det.