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L.P.
El «bueno, bonito y barato» siempre ha sido una de las frases de los vendedores de mercadillos para ofrecer sus productos a los clientes. Quizá todos los productos que se ofrecieron ayer en la Fira del Mercat d'Ocasió i Segona Mà de Maria de la Salut no cumplían a la vez estas tres cosas, pero tal era la oferta que se podía encontrar allí, que el visitante se pudo llevar cualquier cosa a su casa. Bonita, buena, o a cualquier precio.

Esta feria, conocida también como «Es baratillo des Pla», cumplió ayer su 12ª edición, consiguiendo mantener una estabilidad admirable en cuanto al número de vendedores, que según explicó el alcalde Guillem Ferriol hace días, alcanza una cifra cercana a los quinientos. Al tratarse de un mercado principalmente de objetos de ocasión y segunda mano, las calles de Maria de la Salut parecían de nuevo ayer un gran «rastro».

Se podían encontrar desde objetos de cocina usados, pasando por muebles de todas las épocas, calzado y cerámica, hasta cualquier raro objeto que desde hace años ha desaparecido de las casas. La lluvia intermitente, que durante dos veces cayó sobre el pueblo, entorpeció ligeramente algunas de las ventas, aunque sin mayores problemas. En la feria celebrada ayer los productos artesanales y locales tuvieron también su espacio con la organización de la VII Mostra de Mestres Artesans y la V Mostra de «Fet a Maria».