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Los montones de escombros procedentes de material de construcción que se amontonan en la céntrica calle Joan Lliteres de Manacor, actualmente en obras de embellecimiento, han generado múltiples quejas entre los vecinos y comerciantes que viven en el que, sin duda, es uno de los principales ejes de comunicación de la ciudad. A parte de los ruidos, el polvo y otras molestias «normales» que tienen que soportar los afectados, algunos de ellos han denunciado que «no podemos sacar el coche de nuestro aparcamiento, porque los operarios de la obra dejan los escombros acumulados ante la entrada», asegura el vecino Juan López. El afectado se ha visto obligado a pedir un taxi para poder ir a trabajar a Capdepera, ante la imposibilidad de sacar su coche del garaje.

El propietario afectado recuerda que en el momento en que empezaron las obras, alertó del problema a la Policía Local, así como al arquitecto del Ajuntament de Manacor, «pero diariamente me cierran la calle, sin que ni pueda entrar ni tampoco salir», asegura López. Otro de los vecinos cargó contra la falta de contenedores de basura a raíz de las obras. Las bolsas de basura se acumulan en plena calles y «con el fuerte calor que hace, desprenden un olor irrespirable, alguna gente que pasa por la calle se tapa la nariz», explica un vecino de la zona.

Los residentes de la calle Joan Lliteres también critican que se haya cerrado la calle al tráfico «sin avisar previamente», aseguran. Los comerciantes, por su parte, se han mostrado críticos con las obras de mejora. La supresión del aparcamiento será «negativo para todos nosotros», asegura Aleix Mas.