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Granizados, helados o agua fresca. Estos fueron los verdaderos protagonistas de la Fira de Son Servera celebrada ayer, ya que a pesar de las altas temperaturas y un sol imponente, los vecinos y visitantes de otros puntos de la Isla y extranjeros, tomaron las calles más céntricas de la localidad en vez de ir a la playa. La actividad de la muestra se concentró en la plaza de Sant Joan, punto neurálgico de la Fira. Desde este lugar las calles fueron un continuo fluir de gente que buscaba un lugar donde beber agua, comer un helado o, simplemente, estar un rato a la sombra.

La muestra acogió todo tipo de expositores en los que predominaron los productos artesanales, aunque no sólo eran los propios de Mallorca sino que también estaban los típicos platos y objetos de cerámica provenientes de diversos países de Sudamérica. No faltaron las herramientas y maquinaria de fora vila, útiles de cocina o coches, entre otras cosas.

Los productos ecológicos se han afianzado ya en las muestras y la de Son Servera no fue una excepción. En este sentido, los visitantes miraron con curiosidad un punto de venta de esponjas. Los corrales de ovejas, cabras y demás bestiar o los animales exóticos mostrados en la exposición de Natura Park sorprendieron a los más pequeños.