El conseller Melià, acompañado por los dos concejales de UM en Campos, Guillem Ginard y Joan Josep Mas, visitaron las instalaciones de los baños sa Font Santa, entre Campos y la Colónia de Santa Jordi. Los políticos se dieron cuenta del potencial del balneario. Foto: C. VENY

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Francesc Morell y Bel Oliver son el matrimonio que desde hace casi 40 años lucha, no sin dificultades, por la conservación y el mantenimiento de la única estación termal de Balears, los baños de Sant Joan de sa Font Santa, en Campos. Este balneario, aunque ofrece unas aguas con propiedades curativas demostradas y es uno de los mejores de Europa, sólo tiene la posibilidad de explotar 36 plazas por ser un inmueble erigido en el año 1845 que consta de únicamente con 18 habitaciones. Unió Mallorquina quiere desbloquear nuevamente esta situación y por ello ha asumido el compromiso de presentar una modificación legal de las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) para autorizar el uso sociosanitario y turístico del balneario.

La ampliación y rehabilitación de los actuales baños con la finalidad de construir una futura clínica termal entre Campos y la Colònia de Sant Jordi, será uno de los principales caballos de batalla que UM incorporará en su programa electoral y que además «se convertirá en uno de los requisitos para poder firmar un futuro pacto de gobierno», manifestó el conseller d'Ordenación del Territori del Consell, Josep Melià. Precisamente ayer, Melià, acompañado de los dos regidores de UM de Campos, Guillem Ginard y Joan Josep Mas, visitaron las instalaciones de los baños. Sus propietarios, Francesc Morell y Bel Oliver, les enseñaron las dependencias, que ahora permanecen cerradas a la espera de abrir en abril, pero sobre todo les transmitieron la dificultad de absorber la gran demanda que tienen «de toda la Península y del extranjero». «Si las aguas no hubieran nuestra razón de ser, ya no estaríamos aquí porque el negocio no es rentable», afirma Morell.

En relación a la superficie que podría abrazar la futura ampliación de sa Font Santa, ni el conseller ni el propietario quisieron avanzar esta cuestión. No obstante, Morell manifestó que las plazas a construir tendrían que ser las «suficientes» como para que la futura clínica fuera viable desde el punto de vista económico. En este sentido, Morell se refirió a unas 300 plazas, pero matizó que «si son suficientes 200, no se van a construir más». El propietario también advirtió: «Nunca invadiremos el área protegida de es Trenc-Salobrar». La ejecución del proyecto estaría financiada por capital alemán, que en 1996 contaban con un presupuesto de seis mil millones de las antiguas pesetas para ejecutar esta actuación, que finalmente quedó paralizada por la aprobación de las DOT durante la anterior gobierno autonómico del PP.

Sobre el procedimiento legal, Melià explicó que la modificación de las DOT podría estar «antes de final de año». La modificación se trasladaría al Plan Territorial de Mallorca o se otorgaría la declaración de interés general. El balneario de Sant Joan en Campos forma parte del área de es Trenc-Salobrar, declarada Area Natural de Especial Interés (ANEI) por la Ley 3/1984. El plan especial de esta zona aprobado día 9 de junio de 1987 regulaba este àrea y posibilitaba el uso de balneario y hotelero dentro de los baños limitando esta posibilidad a 300 plazas y a que la ampliación de las instalaciones actuales respetara el interés histórico-artítico de las edificaciones existentes y no sobrepasaran unos parámetros edificatorios máximos.

La ley 6/1999 de las DOT aprobadas por el gobierno de Jaume Matas afectaba al suelo rústico, prohibiendo el uso urbanístico socioasitencial y turístico en los baños de Sant Joan. Esta norma legal desclasificó el balneario e imposibilitó que las edificaciones actuales se pudieran dedicar legalmente a la actividad turística. La ampliación de los baños de sa Font Santa ha pasado por sus más y sus menos. Si en 1998, Govern y Consell apoyaron la instalación de la clínica de rehabilitación en los baños hasta el actual president del Govern, Francesc Antich (que en aquel momento era presidente de la Comissió Insular de Medi Ambient), se comprometió a mediar la tramitación, en julio de 1999,los informes fueron contrarios.