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ELENA BALLESTERO/CARME MORENO
Una comisión de investigación integrada por todos los partidos políticos con representación municipal en el Ajuntament de Santa Margalida investigará la intervención de esta institución en la operación de compra-venta de los apartamentos turísticos de Na Borges adquiridos y derribados por el Govern balear en Son Serra de Marina.

El pleno municipal de Santa Margalida aprobó anoche por unanimidad de todos sus miembros crear dicha comisión a raíz de una propuesta de UM. También se creará (con la abstención del PP) una segunda comisión para aclarar si, tal y como sospecha el regidor de UM, Joan Monjo, parte de los terrenos adquiridos por el Govern balear eran de propiedad municipal y no de titularidad privada.

Los grupos municipales de UM y PSOE acusaron al alcalde Antoni del Olmo de haber ocultado deliberadamente información relevante al Govern balear sobre los apartamentos de Na Borges, lo que habría duplicado la tasación de esta finca. El alcalde negó todas las acusaciones.

Joan Monjo (UM) dijo: «Acuso al alcalde de ocultar toda una serie de documentación, no dijo por ejemplo que la licencia de construcción otorgada en 1987 era de imposible ejecución y que el titular de dicha licencia no eran los propietarios de la finca, Joan o Rafael Mulet, sino otra sociedad».

El regidor de UM denunció también que «el alcalde ocultó que las obras estaban paralizadas por Costas en 1988, que los dos edificios de delante tenían que ser derribados y los otros dos estaban pendientes del deslinde definitivo». «Se oculta, además, un escrito que presentó el propietario Rafael Mulet cuando para recuperar los derechos de edificación presentó unos periciales del juzgado que hablaban del deterioro irreversible del edificio que debía ser demolido», dijo Monjo.

El regidor de UM añadió: «También se oculta que el 11 de junio de 1998 el propietario registra un escrito en este Ajuntament denunciando que varios inversores interesados en la compra de la finca, tras consultar con la administración han desistido de la compra ante la dudosa legalidad de la edificación». También denunció que «alguien de este Ajuntament encargó en 1996 un informe sobre la caducidad de la licencia que luego no tramitó».

Monjo mostró un plano catastral del año 1962 que pone en duda la titularidad privada de la superficie de la finca de 3.937 m2 comprada por el Govern balear a la familia Mulet por un importe de 1.964.320 euros. El regidor de UM explicó que la superficie vendida parece incluir dos calles públicas que ocuparían una superficie aproximada de 825 metros cuadrados, por lo que en virtud de la ley estatal del suelo el Ajuntament tendría derecho a reclamar la parte proporcional del importe cobrado por la familia Mulet.