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En un ambiente lluvioso y con fango hasta las rodillas, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, dio la primera paletada en el punto donde comienzan las obras que desviarán el torrente de sa Cabana fuera del casco urbano de Manacor.

En su discurso, Matas reconoció el gran retraso que han sufrido estas obras, debido a enfrentamientos sociales y políticos, y que ahora, después de 13 años de haberse producido la trágica torrentada que invadió de agua a numerosas viviendas, ha sido posible que se lleve a cabo el proyecto que cuenta con la financiación del Ministerio de Medio Ambiente, que ha aportado más de cinco millones de euros.

Matas destacó «la perseverancia de los habitantes de Manacor que ha culminado con el triunfo de sus reivindicaciones».

El ministro no quiso entrar en polémicas «electoralistas» y agradeció la colaboración dispensada por «el Ajuntament de Manacor y el Govern de les Illes Balears por la cesión de los terrenos y a la empresa adjudicataria por su esfuerzo para comenzar las obras».