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Las autoridades municipales daban luz verde ayer a la celebración de la V Fira de s'Oliva de Caimari pasados por agua. A las 9.30 de la mañana, hora prevista para la recepción de autoridades, caía un buen chaparrón sobre el municipio que poco hacía prever la mañana despejada que poco después hizo lucir la Fira.

La Fira de s'Oliva se consolidó en su quinta edición con un centenar de expositores y cientos de visitas que colapsaron la carretera de Inca a Lluc. Los caimariens aprovecharon la ocasión para celebrar la recién obtenida Denominación de Origen Oli de Mallorca que facilitará la comercialización de sus productos. La aprobación de la nueva denominación aparece publicada en el boletín de la Comunitat Autònoma del pasado 9 de noviembre.

Las visitas a sa Fira fueron aumentando a lo largo del día y a media mañana los atascos unían ya el núcleo de Selva con Caimari. El éxito de esta muestra se basa en su apuesta por la calidad. El alcalde pedáneo del municipio, Pere Seguí, explicaba ayer que «este año tenemos unos cien expositores pero hemos tenido que dejar fuera a mucha gente porque somos exigentes a la hora de limitar la feria a los productos artesanales».

Aunque la oliva y el aceite son los productos estrella sobre los que versa la muestra, en las calles de este pequeño núcleo urbano puede encontrarse casi de todo, eso sí, elaborado cuidadosamente del mismo modo que lo hacían los abuelos.

Aceites, quesos, embutidos, muebles realizados en madera de olivo, cuero, helados, dulces... La muestra deja paso a la diversidad.