Suárez, Nájera y Manchado recibieron numerosas críticas.

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El concejal socialista Antoni Manchado, responsable del área de Hacienda, justificó este nuevo endeudamiento municipal en la «deslealtad del Gobierno español», aludiendo así a la modificación de la legislación que impide a partir del próximo mes de enero que los ayuntamientos puedan endeudarse ni cobrar el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), desconociendo con exactitud qué dinero recibirán a cambio. Manchado señaló que con los recursos propios no se pueden hacer determinadas inversiones que ya están previstas y que son «necesarias», de ahí que se haya recurrido a este endeudamiento de 9.949.075 euros.

Algunos de los proyectos concretos a los que irán a parar este dinero son la construcción de los edificios de las escuelas infantiles de Son Caliu (871.000 E), el Toro (450.000 E) y Magaluf (900.000 E), la instalación de césped artificial en el campo de fútbol de Calvià (421.000 E) o la apertura de viales y dotación de servicios en las calles Serral y Marçal de la villa de Calvià (1.200.000 E).

Tanto Rafael Garau (PP) como Isidre Canyelles (UM) coincidieron en acusar al equipo de gobierno socialista que con su gestión económica «han hipotecado el municipio» y calificaron la deuda municipal de «escandalosa». En estos momentos, tras la aprobación de esta nueva operación, la deuda municipal asciende a una cifra superior a los 72 millones de euros (unos 12.000 millones de pesetas).

El portavoz del PP en materia económica denunció que el actual endeudamiento «roza los máximos permitidos por la ley» y atribuyó esta situación a la «deficiente gestión del PSOE». Por su parte, el único concejal de Unió Mallorquina, Isidre Canyelles, consideró que la situación financiera de la Administración local es «crítica y deplorable».