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El «fuerte» impacto visual que provocará el puente elevado sobre el Riuet de Porto Cristo, pero sobre todo la efectividad real que esta imponente obra de ingeniería pueda tener en un futuro para evitar inundaciones en la localidad costera, no sólo ha abierto un litigio con los vecinos afectados por el proyecto, sino que ahora enfrenta a los diferentes grupos políticos del Ajuntament de Manacor ante el más que inminente inicio de las obras, previsto para esta misma semana.

Las protestas de los vecinos no han hecho claudicar al pacto, que, a excepción del PP, considera el proyecto «suficientemente justificado», según Jaume Brunet, portavoz de los Independents de Porto Cristo. El PSM, el PSOE y Unió de Convergències, en la oposición, han cargado contra el «grave impacto visual» que tendrán estas obras, aunque desde el proyecto original hasta el actual se han llevado a cabo varias modificaciones importantes en este sentido. Algunas estructuras de hormigón se han sustituido por hierro.

El desacuerdo respecto a esta actuación que está a punto de comenzar también proviene desde el mismo PP, actual socio de gobierno del partido del alcalde, Miquel Riera (ALM-UM), y de AIPC. La delegada de Urbanismo, Catalina Sureda (PP), ha explicado que las obras del puente elevado «no tienen razón de ser a menos que se retire el pequeño puente actual». La edil conservadora recordó que la filosofía inicial del proyecto del puente respondía a elevar el tráfico hacia la carretera de las cuevas para que éste no quedara paralizado en el caso de producirse inundaciones. La conservación del actual puente bajo responde a una prescripción que dictó la Conselleria de Medi Ambient.