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El mundo mágico de los caballeros medievales, los trovadores, las brujas, los malabaristas y comediantes dieron vida ayer a la tradicional Fira d'Octubre de Campos. Un año más, el pueblo retrocedió en el tiempo hasta la Edad Media, a pesar de la amenaza de lluvia que caracterizó el día de ayer. Centenares de personas, muchas de ellas extranjeras, visitaron el recinto de la feria ubicado ante el Ajuntament, la plaza de Can Pere Ignasi y la calle de Santanyí.

La Fira Medieval, sin embargo, centró toda la atención de los visitantes. Más de quince artesanos locales dieron a conocer su producción manufacturada. En este sentido, no faltaron los antiguos bordados, una demostración del oficio de herrero y también una bunyolada y torrada de castañas.

La inauguración de la muestra se realizó a media mañana, con un pregón, un suelta de palomas y un pasacalles de cabezudos y caballos. Los tambores del Comte, un pasacalles a cargo de Batukada municipal de Campos y diferentes actuaciones de teatro medieval divirtieron a grandes y pequeños. La principal novedad de este año es el Firó Nocturn Medieval.