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Diversas casas de la calle Joan Miró, en la urbanización de Son Amonda de Inca, se inundan de aguas fecales en cuanto llueve de forma abundante. La tormenta del pasado fin de semana provocó que bomberos y policías locales tuvieran que desplazarse hasta la zona para ayudar a achicar el agua.

Los vecinos de la urbanización sospechan que este hecho se debe a que en su zona las aguas pluviales y fecales no están separadas y que cuando llueve la tubería que las recoge no es suficiente para absorber el agua pluvial que baja de la parte alta de la urbanización, donde sí hay dos redes. «Baja mucha más agua de la que la tubería puede absorber y ello provoca que el agua vuelva atrás y como, pluviales y residuales van juntas, el agua vuelve sucia», explicaba uno de los vecinos.

Los afectados temen que cuando la urbanización crezca las inundaciones sean mucho más frecuentes y creen que levantar la calle y ampliar la canalización es la única solución. Los vecinos se reunirán con el concejal de Urbanismo, Bartomeu Seguí, para tratar de buscar una solución a este problema.