Los taxistas escenificaron el canto del «Manos arriba, esto es un atraco» durante su protesta de ayer. Foto: J.MOREY.

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JOSEP ROSSELLÓ/M.B. La Agrupación de Taxistas de Calvià planteó anteayer que estaba dispuesta a aceptar la concesión de 17 licencias dentro de este año y analizar nuevos permisos dentro de cinco años pero pasada la una de la madrugada de ayer se levantó la sesión y el equipo de gobierno no había cedido un ápice. El Ajuntament llegó a ofertar 35 licencias y los taxistas un techo de 25.

Ante la falta de acuerdo, la Comisión Informativa aprobó ayer por la mañana la inminente concesión de 40 permisos de autotaxi (32 taxis ordinarios y ocho adaptados para minusválidos), tal como viene defendiendo desde hace dos semanas. Otras trece autorizaciones serán otorgadas el próximo año. La Administración local, según admitió la alcaldesa, Margarita Nájera, prevé ingresar 120.200 euros (unos 20 millones de pesetas) por cada nueva licencias. En total, unos 800 millones de pesetas durante 2002. Los taxistas se han sentido engañados por el Ajuntament y ayer decidieron en una asamblea improvisada en el polideportivo de Magaluf regresar a los paros, la huelga en definitiva, y radicalizar sus protestas. Los conductores se subieron a sus taxis para colapsar los tradicionales puntos conflictivos de la red.

Cuando intentaron acceder al aparcamiento del Ajuntament se encontraron con un espectacular cordón policial que prohibía el acceso al párking y al interior de la Casa Consistorial. Anoche había un pleno ordinario y los asistentes tenían que mostrar su DNI. Del colectivo del taxi, sólo los miembros de la directiva pudieron acceder al salón de plenos. Mientras, más de 50 agentes de la Policía Local tenían tomada la Casa de la Vila por orden de Alcaldía. Por la tarde, hubo un encuentro informal en Puerto Portals, pero tampoco sirvió para nada. Tanto una parte como otra han solicitado la mediación de intermediario independientes, pero ni en eso ha habido consenso.

Los servicios mínimos decretados por el Ajuntament, que obligan a que un tercio de la flota de 188 coches estén de servicio, no se cumplen. La emisora de radio privada de los taxis sigue paralizada «por reformas». El estado de nervios ha llegado a tal extremo que al menos dos taxistas han precisado atención médica. Primero fue un conductor que padece una enfermedad cardíaca. Más grave es el caso de una taxista que asistía a las negociaciones, que tuvo que ser ingresada y sedada en un centro hospitalario tras sufrir una crisis nerviosa, indicaron fuentes de los taxistas.