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T. OBRADOR El futuro de Majórica empieza a despejarse. La situación límite de la emblemática empresa perlera de Manacor, cuyos directivos han estado a punto de presentar suspensión de pagos esta semana, será la próxima semana evaluada y, en un principio, paliada. De hecho, todas las partes implicadas esperan que dentro de muy pocos días los acuerdos con las entidades bancarias estén cerrados, lo que normalizaría de forma muy importante la histórica crisis que viene sufriendo Majórica en los últimos años, con números rojos que han provocado múltiples cambios.

Disensiones entre sindicatos y partidos políticos han contribuido también en todo este proceso de incertidumbre, pero ya se está recobrando la ilusión, al menos entre la mayoría de afectados. Anteayer, representantes de los tres comités (tiendas, fábrica y joyas) mantuvieron un par de reuniones. Se les informó de la posibilidad de la suspensión de pagos "en los cuatro centros (tres de Manacor y el de Barcelona)", que finalmente no se aplicará. Sobre esta cuestión, según informó una integrante de un comité, los trabajadores estarían dispuesto a cobrar, en un principio, sólo un tanto por ciento determinado, completando más tarde la deuda pertinente.

Fernando Galán, director general de Treball, se mostró ayer optimista, y detalló que, prácticamente seguro, la próxima semana se cerrarán los acuerdos con los bancos, por lo que los nubarrones empezarían a despejarse. Asimismo, destacó las garantías de que Majorica continuará en la capital del Llevant, y los compromisos fijados de que en diez años no se puede vender la marca, entre otros aspectos. Mientras que Guillem Vadell, de UGT, reclamó la ayuda de las entidades bancarias a los empleados, expresó su preocupación por los interrogantes que desprenden las últimas negociaciones, y reiteró su denuncia por el expediente de los 150 despidos, «cuando el nivel de producción actual es del cien por cien».