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T. OBRADOR Para que las obras del nuevo puerto deportivo del Club Náutico de la Colònia de Sant Pere, que están paralizadas desde 1999, puedan concluir (actualmente están en un 80 por ciento), la Conselleria de Medi Ambient puso una serie de condiciones. Entre éstas, que 29 amarres en base deben pasar a ser de vela, puesto que éstos fueron añadidos «de forma irregular» en el polémico proyecto. La reunión de socios del Club celebrada ayer trató pues tres posibles respuestas: no aceptación de la propuesta, visto bueno, y aceptación con reservas. Y la más votada fue precisamente la tercera, con un total de 84 votos.

De este modo, «mientras que estos cambios no perjudiquen a los socios respecto la anterior concesión», no se recurre a los tribunales y las obras podrían reanudarse con celeridad. En este sentido, el mayor problema que veía la junta de la entidad (que cuenta con 370 socios) es que «estos amarres ya tienen un propietario que tiene la concesión por 30 años y no puede saber si durante este tiempo tendrá siempre una embarcación de vela».

Otra condición que impuso el Ejecutivo autonómico es que «deberá habilitar las medidas de ahorro de agua en las instalaciones, así como extremar las medidas para evitar los problemas de olores y ruidos». Asimismo, la Conselleria solicitó la creación de una sala divulgativa del parque de Llevant. Sobre este aspecto, la junta expresó su apoyo si este espacio puede ser compartido por actividades del Club.