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TOMEU OBRADOR Los jóvenes de Campos nacidos en el año 1984 han expresado su preocupación porque temen por la desaparición de la tradicional fiesta de los quintos. Esta generación está integrada por 80 chicos y chicas, que cumplirán los 18 años, la mayoría de edad, el próximo año. El deber de cumplir el servicio militar fue el causante de la aparición de esta celebración y, ahora, la supresión del alistamiento obligatorio es un motivo que, en opinión del equipo de gobierno del PP, contribuye a que «la fiesta pierda sentido y, en consecuencia, se hayan que buscar alternativas».

En este sentido, la edil de Cultura del Ajuntament, Magdalena Rigo, ha detallado que en la reciente reunión que mantuvo con los jóvenes les sugirió la creación de un cuerpo de voluntarios, a fin de prestar un servicio al pueblo y que, paralelamente, se convierta en una acción que otorgue trascendencia a dicha tradición. El día anterior a Pascua Resurrección del pasado año, el alcalde Andreu Prohens hizo entrega como se anunció en el programa informativo de «los últimos pañuelos rojos», prenda que identifica a los salers o quintos.

Pero los nacidos en 1984 aseguran que la tradición tiene que ser conservada y que «la mili, desde hace muchos años, ha dejado de ser el motivo de la celebración». Incluso, un joven llegó a decir a Rigo que el voluntariado era «un chantaje» que les ofrecían a cambio de poder festejar la jornada. Asimismo, siete miembros de los 80 afectados han coincidido en señalar que «ningún quinto ni quinta del pasado año ha hecho la mili ni ha sido objetor.

Es totalmente injusto que ahora pretendan que nosotros no podamos seguir la tradición así como corresponde, y de igual forma que nosotros piensan los nacidos en 1985. No nos pueden quitar el derecho de disfrutar de una noche de encuentro y diversión, y de una mañana de fiesta». Finalmente, los jóvenes han criticado que Rigo les advirtiera: «Lo de la noche es innegociable». En todo caso, los implicados han convocado otra reunión.