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GAM Miquel Coll se convirtió ayer en el nuevo alcalde de Marratxí, en virtud del pacto suscrito hace dos años entre el PSOE e Independents de Marratxí (Idma). Nada más prometer su cargo y agarrar la vara de mando que le acredita como batle, Coll ofreció su trabajo «a todo el pueblo», agradeció el apoyo recibido de sus compañeros de viaje, incluyendo en él a sus colegas de equipo de gobierno, tanto de su grupo como de los independientes, y se congratuló de forma muy especial por poder convertirse en el tercer alcalde socialista en la historia de Marratxí, tras Miquel Oliver, en tiempos de la II República, y Martí Serra, en las dos últimas legislaturas.

Para cerrar su intervención, Coll ofreció a la oposición (PP, PSM y EU) «la oportunidad de trabajar juntos». El acto del relevo al frente de la Alcaldía motivó que el salón de plenos estuviera abarrotado, algo muy poco usual. Además de los familiares de Coll y de numerosos vecinos, las planas mayores del PSOE y de Independents de Marratxí quisieron arropar el cambio. Por parte socialista estuvieron presentes los consellers de Presidència y Sanitat, Antoni Garcías y Aina Salom, respectivamente, así como la secretaria general del PSOE de Mallorca, Francina Armengol, y la diputada Teresa Riera, entre otros.

El presidente y el secretario general de Idma, Pepe Franco y Josep Maria Casasnovas, encabezaban la delegación independiente. A la hora de votar al nuevo alcalde, Miquel Coll recibió los nueve votos del equipo de gobierno y cada grupo de la oposición optó por presentar a su propio candidato. Curiosamente, el grupo popular no propuso a su jefe de filas, Antoni Montilla, sino al «número dos», Josep Ramon Bauzà, «para romper la monotonía», según dijo posteriormente el propio Montilla.