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El estudio sobre la viabilidad de los huertos de naranjos de Sóller concluye que más de una tercera parte (36%) de las explotaciones actuales son cuidadas «por razones sentimentales». Otro 30% admite que el huerto es un hobby, el 11% señala que sólo pretende mantener su patrimonio en buen estado y sólo el 9% cuida su finca porque es su forma de vida. El 1% dice que valora el huerto como empresa agraria. El informe encargado por la cooperativa local y realizado por la agencia de asistencia técnica Servirural también concluye que la rentabilidad es mínima por múltiples razones: fragmentación de la propiedad, escasa tecnología aplicada y deficientes comercialización, calidad media regular...

«Las principales razones por las que se va reduciendo el grado de explotación de los huertos y aumentado el número de huertos abandonados son la baja productividad de los huertos y los bajos precios percibidos por el productor», explica el informe. Según este documento, existe un producto conocido en Mallorca y fuera de ella, la naranja de Sóller, y es especial la variedad autóctona Canoneta, especialmente aprovechable para zumos, lo que podría ser aprovechado para crear una etiqueta de calidad y así aumentar la rentabilidad.

Entre las propuestas planteadas en el informe remitido ahora por la cooperativa a varias Administraciones Públicas para su estudio, figura la recomendación de unir huertos para reducir costes e introducir la cultura de la calidad para aumentar los precios. De hecho, desde 1996, el precio medio de venta de todas las variedades cultivadas en Sóller (Canoneta, Valencia late y Peret) ha ido disminuyendo en los mercados.

Desde el punto de vista del trabajo en el huerto, se plantea la urgencia de tecnificar los sistemas de riego (goteo) y abonado (fertirrigación), así como controlar las plagas, siendo éstas unas actuaciones que redundarán en la reducción de los costes, ahorro de mano de obra y de productos y un aumento de la producción. Por otra parte, el informe propone mejorar la formación técnica de los payeses, promocionar la citricultura como hobby entre los pequeños propietarios y crear empresas de servicios con el objetivo de asegurar la continuidad los huertos y mantener el paisaje.