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El presupuesto ordinario elaborado por el equipo de gobierno (ALM-UM, AIPC, PSM y PSOE) no fue del agrado del grupo de la oposición PP, que solicitó en la sesión plenaria celebrada el lunes por la noche que se retirara el proyecto y se celebrara una nueva comisión informativa para introducir otros criterios y hacer unos nuevos presupuestos.

Los argumentos expuestos por la portavoz popular, Catalina Sureda, fueron que se dedicaran más partidas en el apartado de inversiones, así como rebajar los gastos de personal que ascienden a 1.371 millones de pesetas y «nos parecen abusivos, así como la contratación de 46 nuevas plazas. Se puede decir que en los dos últimos años, la plantilla de personal ha aumentado un 30 por ciento y queremos una explicación».

Asimismo, Sureda criticó que el presupuesto presentaba muchas deficiencias porque «no se ve reflejado en el presupuesto los ingresos en concepto de las tasas por la incineración de basuras, así como el impuesto de contribuciones urbanas y eso que ha subido un 30 por ciento respecto al año anterior».

El pacto desestimó la propuesta popular y se aprobó el presupuesto que asciende a 4.310 millones. No satisfecho, el PP presentó distintas enmiendas para incluir en el presupuesto que también fueron rechazadas por el gobierno. El PP criticó el endeudamiento municipal que ya llega a los 2.700 millones y puso de manifiesto que se deberían ajustar los gastos. Antoni Sansó (PSM), delegado de Hacienda, defendió los presupuestos diciendo que eran serios y razonables.