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El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia de Palma ha dictado un auto por el que se ejecuta una sentencia, en la que ya se condenaba al Ajuntament de Llucmajor y a los tres propietarios de la cantera de Can Casetes por utilizar ilegalmente este terreno como vertedero de basuras. Los 19 vecinos de s'Aranjassa afectados por las molestias que ocasionaban la acumulación de basuras en este vertedero acudieron a los tribunales para que se les reconociera los perjuicios, en forma de malos olores y humos, que les estaba ocasionando esta actividad ilegal en la cantera de Llucmajor.

La magistrada Catalina Moragues, como ponente del auto de ejecución de la sentencia, ha considerado que dos millones por vecino es una cantidad justa por las molestias que padecen por el funcionamiento de este vertedero. Esta indemnización se otorga en concepto de daños morales.

La sentencia de la Audiencia determinó estas molestias que, si bien no atentaban gravemente a la salud de los vecinos, sí deterioraban su calidad de vida. La magistrada usa para justificar esta indemnización una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la que se condenó a España. Este fallo determinaba que los atentados graves contra el medio ambiente pueden afectar al bienestar de una persona y privarla del disfrute de su familia. Así, la juez entiende que «estar sometido durante un largo periodo de tiempo, más de un año y medio, a olores muy fuertes y desagradables de descomposición de basura y restos incinerados afecta gravemente a la calidad de vida de los ocupantes de las viviendas».

El auto también recuerda que los propietarios obtuvieron «un notable beneficio económico» por este negocio ilícito, y ahora deberán indemnizar a los vecinos por las molestias ocasionadas.