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C. VENY El obispo de Mallorca, Teodoro Úbeda, presidió ayer por la tarde una eucaristía en la parroquia de los Dolores de Manacor, en memoria al recién beatificado manacorí, el jesuita Pere Gelabert Amer. El beato fue uno de los 233 mártires de la guerra civil española que, el domingo pasado, el papa Juan Pablo II en Roma beatificó en un acto multitudinario.

En la misa-homenaje por el jesuita, asistieron los familiares de Pere Gelabert y entre ellos especial mención merecen sus dos sobrinos más próximos, Sion Gelabert y Sor Maria de los Dolores, perteneciente a la Orden Agustina.

El obispo de Mallorca recordó la condición de mártir de Gelabert, ya que instantes antes de morir supo perdonar a sus verdugos, «por esta razón fue un buen cristiano».

El altar mayor fue adornado con una pintura del beato Gelabert representado con una palma en la mano, iconografía de los mártires cristianos. Según informaron los familiares del jesuita, los restos mortales de Gelabert pronto serán depositados en la Iglesia del Sagrado Corazón de Gandía, ciudad en la que fue fusilado por los republicanos. Asimismo, los familiares recordaron su estancia en Roma como una de las «experiencias más inolvidables de su vida».