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El ministro de Medio Ambiente se desplazó ayer hasta Banyalbufar para comprobar sobre el terreno el desarrollo de las obras de fijación del acantilado que cae sobre la playa, iniciadas hace apenas un par de semanas. Matas indicó que el principal objetivo de esta actuación que tiene un presupuesto de 252 millones de pesetas es «evitar que prosiga la erosión y, en consecuencia, evitar nuevos desprendimientos, así como regenerar el entorno y recuperar el acceso tradicional a la cala».

Las obras tienen un plazo de ejecución de 16 meses, de modo que deben estar concluidas antes de julio de 2002. En la primera fase, que debe estar lista antes del próximo verano, se actuará en la estabilización de las zonas con riesgos inminentes de desprendimientos mediante la instalación de 10.000 m2 de mallas de cable de acero y de alambre, así como el anclado mediante 3.370 metros de bulones de las rocas más grandes. En la segunda etapa se acometerá la construcción de un muro de contención forrado de piedra, así como contrafuertes de sustentación.

Algunas obras complementarias serán el acondicionamiento de un camino peatonal de acceso y la restauración de la vegetación con especies autóctonas. Matas, que estuvo acompañado del alcalde, Manuel Romero, y la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, recordó que este «importante proyecto» recibió el impulso definitivo en julio de 2000, tras su llegada al Ministerio.