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El portavoz del PSM en el Ajuntament de Manacor, Miquel Vives, ha explicado que «casi todo el planeamiento urbanístico se ha elaborado en la línea de ALM-UM, pero el punto más conflictivo ha sido el de grafiar un urbanizable en la zona posterior de la desviación del torrente. Nosotros consideramos que esta parte del municipio no es la más adecuada para poder urbanizar, puesto que existe el peligro de las inundaciones».

El alcalde de Manacor, Miquel Riera (ALM-UM), ha coincidido con el PSM en que existe unos puntos en que los dos partidos no se ponen de acuerdo, «pero son pequeñas puntualizaciones en las que se puede llegar a un consenso». El problema que se presenta es que mientras existen divergencias entre los partidos más se retrasa la aprobación inicial del PGOU y no podría quedar definitivamente aprobado en el periodo de tiempo que falta para terminar la legislatura.

En este aspecto, el portavoz del PSOE, Francesc Acuñas, hace un llamamiento a sus compañeros de gobierno nacionalistas y apunta que «es necesario que el PSM sea responsable y deje un poco de lado la política en función de los intereses generales de la población». Acuñas manifiesta que «es lógico que se produzcan algunas discrepancias a la hora de elaborar el planeamiento urbanístico pero éstas se deben debatir en la misma mesa de discusión. Nosotros entendemos que el PGOU es un conjunto de reglas que son iguales para todos los ciudadanos».

Por otra parte, la portavoz del grupo de la oposición PP, Catalina Sureda, ha expresado que «las discrepancias es la tónica habitual de este pacto que reúne una serie de ideologías muy diferentes con el único fin de dejar el PP en la oposición. No obstante, estas discusiones no favorecen en nada al ciudadano porque bloquea todo el mecanismo del Ajuntament». Sureda explica que «a pesar de estas diferencias, el pacto sigue unido porque el PSM hará lo que haga falta para seguir formando parte del equipo de gobierno y, de hecho, el grupo nacionalista está sacrificando sus propios principios».