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JOSEP MARIA SASTRE «Ya decía yo que era raro no haber recibido ninguna carta en tres meses». Este vecino de sa Ràpita creía que se habían olvidado de él y que, como el coronel de la novela de García Márquez, no tenía quien le escribiera. Nada más lejos de la realidad, pues seguramente tiene un buen puñado de cartas en la oficina de Correos de Campos. Lo que pasa es que no hay quien las reparta.

Vicenç Barceló regenta un estanco en sa Ràpita y hay mucha gente que da la dirección de su establecimiento para que le envíen la correspondencia. Vicenç comenta que hasta hace tres o cuatro meses había una cartera «que lo hacía muy bien porque conocía la zona perfectamente». «No sabemos por qué razón la destinaron a Llucmajor y comenzó el caos», explica.

«Yo no digo que los carteros que la han sustituido no sean competentes, demasiado hacen ellos. El problema es que Correos los echa a los leones sin preocuparse». En este sentido, añade que «las zonas de sa Ràpita, ses Covetes, s'Estanyol y Cala Pi han crecido mucho en los últimos años y Correos no lo tiene en cuenta. El cartero nuevo tendría que haber trabajado un tiempo con la anterior para aprender».

Vicenç Barceló comenta que hay multitud de ejemplos que demuestran que el servicio de reparto del correo es un caos. El más evidente es que el pasado viernes llegó una carta con sello de 17-10-2000 junto a otra con fecha de 16-1-2001. «De seguir así, los vecinos de sa Ràpita recibiremos las felicitaciones de Navidad por Pascua, fíjate la ironía».