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P. P. A./M. C. «La residencia Miquel Mir debería dejar de ser un centro de alojamiento para convertirse en un centro de atención socio-sanitaria» . Así se resume la propuesta de funcionamiento que debatirá en breves fechas el patronato de la residencia. «La gran reforma de la residencia Miquel Mir será la creación de un centro de día y la posibilidad de realizar en ella estancias temporales», ha explicado el alcalde, Pere Rotger. Las obras en una de las alas del centro geriátrico y la propuesta de reformar la parte vieja del inmueble para adaptarla a la nueva normativa hacen que la primera premisa de funcionamiento sea que el número de plazas no aumente.

La residencia Miquel Mir no se adecua a la normativa de reglamento de este tipo de centros y tampoco a la de residencias para personas mayores, de 1997 y 1999. Esta circunstancia implica que la propuesta de funcionamiento del centro contemple una serie de medidas que generarán más obras en el edificio. La concejala de Servicios Sociales, Magdalena Cantarelles, cree que si se aprueba el nuevo plan de funcionamiento «aún quedaran dos años de trabajos de adecuación».

Una de las necesidades primordiales de la residencia es la actualización de los precios, que se han quedado obsoletos y provocan un déficit de financiación. Ante esto, la nueva propuesta de funcionamiento también contempla la implicación de los familiares en el pago de las cuotas de los residentes, si estos no pueden asumirlas, para evitar que se generen pérdidas. Además, también es necesario realizar una previsión del personal y definir sus competencias, puesto que no existe ningún tipo de convenio colectivo.