El hotel estaba obsoleto y producía un grave impacto ambiental al estar ubicado cerca del mar. Foto: T. AYUGA.

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El hotel Cala Mesquida II ya es historia. Ayer por la mañana, en presencia del presidente del Govern balear, Francesc Antich; el conseller de Turisme, Celestí Alomar; el propietario del hotel, Pedro Pascual, y las autoridades municipales, dos máquinas taladradoras se encargaron de demoler el establecimiento turístico que tenía 151 plazas.

Esta ha sido la primera operación de intercambio de plazas con esponjamiento que lleva a cabo el Govern balear desde que se aprobó el Plan de Ordenación de Oferta Turística (POOT), en 1994. La zona verde será propiedad del Ajuntament de Capdepera. Las obras de demolición tienen un presupuesto de 15 millones de pesetas que serán costeados por la empresa promotora, según aseguró el propietario, Pedro Pascual.

Pascual ha cedido cinco hoteles de los que tres se destinarán a espacios públicos y los otros dos están dados de baja y serán propiedad del Govern. A cambio, la empresa promotora de Pedro Pascual podrá construir un hotel en Can Picafort y otro en Cala Mesquida. Con la demolición de estos hoteles desaparecen un total de 220 plazas mientras, que por otra parte, la promotora tiene permiso para construir un total de 570 plazas.

La desaparición del hotel Cala Mesquida II supone recuperar una zona verde de 2.234 metros cuadrados y eliminar el grave impacto ambiental que constituía la construcción que estaba ubicada al borde del acantilado y muy cerca del mar.

El hotel Cala Mesquida II se encontraba en un estado casi obsoleto por lo que «no valía la pena modernizar las instalaciones puesto que el impacto ambiental y visual es evidente y he considerado preferible que este espacio sea una zona verde que podrá convertirse en un mirador», explicó Pascual.