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JOSEP MARIA SASTRE Entre 1940 y 1967, los eremitas que vivían en el santuario del Puig de Sant Salvador aislados del mundanal ruido, además de rezar, contemplar y dedicarse a sus menesteres, trabajaron en la construcción de una hospedería. El resultado de esos 27 años de duro trabajo fue un edificio de tres platas, levantado en un barranco, dotado con sus pertinentes celdas, pero faltaba acabar la obra.

Ahora, la junta de la ermita de Sant Salvador ha decidido concluir la labor comenzada hace 60 años por los eremitas para que cualquier visitante pueda pasar la noche en el Puig de Sant Salvador.

El rector de la parroquia de Felanitx, Llorenç Lladó, explica que la junta «trabaja, piensa y organiza cosas para dar vida y dinamizar el santuario, y la conclusión de estas obras es una prueba evidente de esto». Ante todo, Llorenç Lladó ensalza la labor de los promotores del proyecto, de aquellos eremitas que realizaron el trabajo más pesado.

Cuando terminen las obras, la hospedería tendrá ocho celdas por cada una de las tres plantas, dotadas con calefacción y un baño cada una. Además en cada planta habrá una sala de estar. El comedor será el actual restaurante. Llorenç Lladó comenta que la construcción de los aseos no estaba contemplada en el primitivo proyecto, pero se sacrificarán celdas y de cada tres se harán dos.

El sacerdote quiere dejar claro que «no estamos haciendo un hotel rural, la ermita debe tener una hospedería como las del resto de Mallorca. En este sentido, explica que en Sant Salvador «se realizan ejercicios espirituales, encuentros religiosos etc, y es necesario que la gente que viene, tenga dónde quedar a pasar la noche», concluye.