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El tradicional concurso de canto de perdices volvió a convertirse en el mayor reclamo de la Fira de sa Perdiu de Montuïri que se celebró durante todo el día de ayer. Varios centenares de visitantes se desplazaron hasta Montuïri para participar en la que sin duda es la última feria en el calendario de este tipo de acontecimientos.

En la presente edición, un total de 45 perdices fueron las aspirantes a ser galardonadas con la preciada perdiz de plata, pero tan sólo logró tal reconocimiento el ejemplar hembra de Nicolás Pamiza.

La Fira de sa Perdiu ofreció como principal novedad la ampliación de su recorrido en dirección a la calle Molinar, donde se llevó a cabo un mercado medieval para celebrar el setecientos aniversario de la fundación de la vila.

Las autoridades municipales y autonómicas no quisieron perderse el abanico de posibilidades que ofreció la última feria del año. Como montuïrer que es, Pere Sampol, vicepresidente del Govern, paseó junto al alcalde, Gabriel Matas.