La profunda reforma circulatoria llevada a cabo en Felanitx, cuyo
eje principal fue que la calle de Campos pasara a ser de sentido
único, provocó que todo el tráfico que sale de la localidad hacia
el municipio campaner, se desviase por la calle Arzobispo Miralles.
La calzada de esta última calle no ha aguantado y está
agrietada. En estos días de lluvia, las grietas se han llenado de
agua y en algunos tramos hay charcos de grandes dimensiones. El
flujo constante de turismos hace que las paredes y persianas de las
casas sean salpicadas.
Los vecinos de la zona afirman que «las casas se llenan de agua
y, además, las persianas se pudren». «He llegado de la compra y un
coche me ha remojado de pies a cabeza, parecía el mar», comenta
Juanita. Los inquilinos de Arzobispo Miralles exigen al Ajuntament,
como solución que «construyan una ronda de circunvalación o que
desvíen el tráfico por otra calle».
Mientras tanto, aplican soluciones caseras como aparcar sus
coches ante sus casas para evitar que sean salpicadas e, incluso,
colocan gomas de vehículos en los charcos para amortiguar, «pero
nos las hicieron quitar». Los vecinos han acudido en varias
ocasiones al Ajuntament y «lo único que hacen es tapar las grietas
con asfalto de mala calidad que no aguanta dos días, esta no es la
solución porque esta calle era rústica y bajo ella hay mucha
arcilla».
El alcalde de Felanitx, Miquel Riera, ha manifestado que «hace
unos días que la empresa debía tapar los agujeros pero la lluvia lo
ha impedido, pero mañana (por hoy) irán», comentó. Riera señaló que
el Ajuntament tiene la intención de remodelar esta vía y dotarla de
la infraestructura necesaria para que aguante el tráfico pesado que
«por alguna parte tiene que pasar», concluyó.
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