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C. RUIZ/J. MELIS Con el objetivo de dar un uso complementario a las viviendas anexas a los faros de la Isla, la Autoritat Portuària de Balears ha elaborado un plan especial de utilización de los espacios de los faros de Mallorca.

El proyecto, según explica Francesc Triay, presidente de la Autoritat Portuària, no afecta a las torres que mantienen su función de emitir señales marinas, sino a su entorno. «Las viviendas anexas a los faros se construyeron para acoger a los vigilantes; cada faro necesitaba hasta dos fareros para realizar los turnos. Ahora, los faros se controlan por sectores y no es preciso que los técnicos residan en estas zonas, por lo que hemos decidido redactar un plan especial para dar contenido a estas viviendas».

En Mallorca, concretamente, hay 16 faros propiedad del Estado. Siete de ellos mantendrán su uso actual. Estos son Punta s'Avançada (Pollença), sa Torre d'en Beu (Santanyí), Portocolom (Felanitx), Cala Figuera (Calvià), sa Creu (Sóller), y Foradada (islote de Cabrera). En estos casos, o bien no hay viviendas anexas o bien están habitadas por los técnicos que cubre un sector.

En otros tres, la Autoritat Portuària pretende negociar convenios y darles una utilidad cultural. Este uso afectará a los dos faros de sa Dragonera y al de Cabrera. «Por su situación», expone Triay, «es más conveniente establecer convenios con las administraciones o con organizaciones no gubernamentales para crear centros de conservación de la naturaleza o de investigación».

Finalmente, este organismo propone dar un uso de carácter turístico a las construcciones anexas a los faros restantes. Es decir, crear bares o cafeterías para, además de mantener el edificio, dar un servicio a excursionistas o turistas. Esta nueva utilidad afectará a las viviendas de los faros de Formentor (Pollença), que ya se explotan para el turismo, Cap de Salines (ses Salines), Cap Gros (Sóller), Alcanada (Alcúdia), Cap de Capdepera y Cap Blanc (Llucmajor).