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Desde hace unos días, personal del Ajuntament de Calvià está instalando en la playa de Santa Ponça, por tercer año consecutivo, pantallas de caña para impedir la pérdida de arena durante el invierno a causa de la acción del viento. Está previsto que esta próxima semana concluyan los trabajos de instalación de estas barreras a lo largo de unos 1.600 metros lineales.

Este tipo de iniciativas consiste en la instalación de pantallas que evitan que el viento se lleve la arena. Los granos chocan contra las barreras de cañizo, de un metro de altura, y se depositan en la base, formándose pequeñas dunas. Las pantallas se instalan clavadas en la arena sin necesidad de cimentación. La idea de utilizar este sistema, utilizada por iniciativa del grupo ecologista GOB en Cala Mesquida (Capdepera), comenzó a utilizarse en Calvià en 1997 a raíz del «Informe Metadona», redactado por geógrafos y geólogos de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Este documento planteaba una serie de alternativas a los sistemas de regeneración artificial continuada de las playas.

Fuentes municipales han informado que esta acción «se enmarca en la iniciativa de Calvià, Agenda Local 21 de conservación natural de las playas». Las barreras no distorsionan en modo alguno la utilización de la playa por parte del público, tanto por el tipo de material como por el emplazamiento.

Además de contribuir a la conservación de la playa, las barreras de cañizo impiden que el viento arrastre arena hasta el paseo marítimo y las calles próximas, lo que supone «un importante ahorro de recursos humanos y económicos». Otra medida que contribuye a conservar la playa en buen estado y retener la arena durante el invierno es mantener las hojas de Posidonia oceanica.