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«Unos por otros, los torrentes sin barrer». La mayoría de los miembros del Grup d'Amics per a la Defensa del Medi Ambient (GADMA) desconoce qué institución es la competente para limpiar los torrentes: si los ayuntamientos, la Conselleria o el Ministerio de Medio Ambiente. Lo que sí saben es que la inmensa mayoría de los cauces están sucios, muy sucios. Por eso, ayer, decidieron ser ellos mismos quienes pusieran solución al problema y madrugaron para limpiar el lecho del torrente Solleric a su paso por Biniali (Sencelles).

Latas, botellas de vidrio, plásticos, animales muertos, ladrillos, neveras llenas de óxido e incluso motocicletas viejas forman parte de la basura que fue retirada del cauce del Solleric. «No quitaremos nada de hierba, ni ninguna planta, solamente suciedad», dijo Bernat Fiol, portavoz de GADMA. Cerca de cincuenta voluntarios de todas las edades de este grupo ecologista participaron en la limpieza. Al final de la jornada se llenaron cinco camiones con las basuras retiradas.

La Conselleria de Medi Ambient colaboró con ellos donando las bolsas y los guantes, y el almacén de construcción de Julián Luque puso a su disposición un camión. «Fíjate», exclama uno de los jóvenes a una compañera mientras señala un montón formado por una docena de botellas de cerveza juntas, justo al lado de donde reposan los restos de una vieja motocicleta rota. «Las plantas y la vegetación no son el principal problema" dice Fiol "lo que nos preocupa es que muchas fábricas se sitúan al lado de los torrentes y vierten en ellos toda la porquería».

Precisamente, unos de los cuatro puntos de actuación en el Solleric es la parte del torrente situada delante de la lavandería Diana, donde, asegura Fiol, «la acumulación de basura es brutal». Los demás puntos donde se llevó a cabo la limpieza fueron el puente del torrente en Biniali, el antiguo puente de es Raiguer y es Polls de Alaró.