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Ningún aviso de peligro, ni limitación de velocidad, ningún paso de cebra, ni iluminación, ni señales reflejantes en la calzada, ni semáforos... La carretera que une el municipio de Alcúdia con el Port de Pollença no cuenta con ningún tipo de señal que facilite la circulación por la vía, especialmente en el tramo más cercano a Alcúdia.

Los vecinos y hoteleros de la zona se quejan de esta falta de señales de tránsito y no se explican «cómo es posible que en una carretera donde se encuentra un complejo turístico de cerca de 1.500 personas (Club Pollentia), muchas de ellas niños y personas mayores, situada al lado de una playa donde se dan cita surfistas y bañistas de toda la Isla, la Administración no haya hecho nada para prevenir accidentes de tráfico».

La falta de señales es una de las causas principales de que este tramo viario sea un punto negro en el que este año ya ha perdido la vida una turista alemana. Las quejas se centran sobre todo en el hecho que una carretera tan transitada como ésta en verano no cuente con ninguna señal que obligue a reducir la velocidad a los coches, ni se ilumine por la noche y se quede prácticamente a oscuras. Además, también se denuncia que los arcenes son demasiado estrechos tanto para la circulación de personas como de bicicletas, y que las paradas de autobuses se encuentren prácticamente sobre la calzada.

Los numerosos accidentes de tráfico en la carretera ya han alertado a los hoteleros, que están recogiendo documentación que demuestre la peligrosidad de la carretera para presentarla ante la Conselleria d'Obres Públiques, la institución competente en carreteras.

El Ajuntament d'Alcúdia «es consciente», dice el alcalde, Miquel Ferrer, de todas estas quejas que considera «justificadas» y se ha ofrecido en colaborar con los hoteleros y hacer de «mediador entre ellos y la Conselleria». Según Ferrer, las quejas ya se han hecho llegar en diversas ocasiones a Obres Públiques, «que promete soluciones».