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TOMEU GARCIES La denominación de origen del vino de Binissalem podría recibir muy pronto el distintivo adicional de «cualificada». Se trata de un distintivo de calidad que hasta ahora solo han conseguido los vinos de Rioja en el ámbito del Estado español. Para acceder a ese reconocimiento las bodegas deben cumplir unos requisitos muy estrictos. Se exige que el 90% de las bodegas y el 90% de las viñas en producción se encuentren dentro del territorio de la denominación de origen y que el precio de la vendimia sea un 50% superior al de la media nacional.

Una de las consecuencias más importantes que comportará la nueva categoría será la eliminación total de la venta de vino a granel, que aún se realizaba en algunas bodegas. De hecho, se calcula que la comercialización de vino sin embotellar supone en estos momentos un 20% de las ventas totales.

La obtención del distintivo de «cualificada» no supone ninguna ventaja ni beneficio material para los productores, sino un reconocimiento a la calidad del vino elaborado, así como un mayor prestigio de cara al exterior. El nuevo distintivo requerirá incrementar aún más los controles que se realizan del vino.

Los vinicultores adscritos a la denominación de origen hace tiempo que luchan para conseguir este distintivo. De hecho, hace un par de años formularon una petición ante la Conselleria de Agricultura que no ha llegado a prosperar por la inexistencia de un catastro de las viñas de Mallorca. El Govern trabaja en estos momentos para elaborar un documento que sirva para acreditar las condiciones de producción de los vinos que optan a la denominación.