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El rector de Capdepera, Joan Simonet, ha explicado que ha tomado medidas de seguridad en el templo para que no vuelva a ocurrir otro incidente: «Hemos puesto una alarma y cambiado todas las llaves y cerraduras de las puertas que dan a la rectoría y a la iglesia».

Tras reflexionar sobre lo ocurrido durante las dos últimas semanas, Simonet ha manifestado que «una persona sola y borracha no es capaz de mover la imagen de la virgen debido a su enorme peso». El clérigo apunta que «a veces he apoyado todo mi cuerpo sobre la imagen y esta nunca se ha movido por lo que para tirarla abajo, se tiene que ser muy fuerte o deben ser dos personas que la desplacen».

El rector Simonet explicó ayer que también descarta que la actuación sea de un borracho porque «hubiéramos encontrado botellas de bebidas alcohólicas en el recinto eclesiástico y lo único que hemos encontrado ha sido un bocadillo o comida». Simonet se ha dado cuenta de que «las veces que han entrado en el interior de la iglesia ha sido cuando hemos celebrado algún tipo de reunión».

Por otra parte, está previsto que el consejo pastoral se reúna durante la semana que viene para hacer una valoración de los daños causados a las imágenes y el altar para después llegar a un acuerdo económico sobre su restauración». La valoración económica sobre los desperfectos ocasionados en la iglesia de Cala Rajada serán trasladados al Obispado de Mallorca para que este organismo determine las actuaciones que se llevarán a cabo a fin de reparar los daños.