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Los técnicos municipales de Pollença tienen dudas sobre el alcance real que tendrá en el municipio la moratoria urbanística aprobada el pasado mes por el Consell de Mallorca. Según ha explicado la alcaldesa, Francisca Ramon, «todavía no hay nada claro aunque es casi seguro de que afectará a la zona de Can Botana, en la parte alta de Cala Sant Vicenç, y a la ampliación del hotel Formentor». El texto de la moratoria deja algunas dudas sobre la urbanización de Cala Carbó, en Cala Sant Vicenç, porque contempla la construcción de viviendas unifamiliares aisladas.

Los técnicos del Ajuntament investigan ahora si este hecho podría ser una excepción para la suspensión de licencias, aunque no será hasta la próxima semana cuando se complete el análisis de la moratoria. El Ajuntament analiza también si el texto podría afectar a las urbanizaciones de las Palmeras y Llenaire, en el Port de Pollença, ya que la moratoria sólo permite edificar solares en urbanizaciones consolidadas que cumplan la dotación de servicios prevista por el planeamiento y que tengan acceso rodado pavimentado, las calzadas y aceras construidas, red de alcantarillado y agua potable y suministro de energía. Las Palmeras y Llenaire no cumplen estos requisitos.

El Ajuntament de Pollença está preparando el pliego de alegaciones que presentará a la moratoria urbanística. La alcaldesa Ramon explicó: «Intentaremos que se vea afectado el municipio pero no de una forma alarmante sino que en los próximos cuatro años tengamos tiempo para habilitar las infraestructuras de los núcleos de población consolidados que en estos momentos podrían verse desbordados».