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M.M. HUGUET/J.M. SASTRE Veraneantes de la zona costera de la Colònia de Sant Jordi (ses Salines) se están planteando cambiar de lugar donde pasar los meses de verano a causa de las molestias que ocasionan las obras. Según la normativa, las empresas constructoras tiene que parar su actividad de estructuras y cimentación entre el 15 de abril y el 15 de octubre, pero ésta no se está cumpliendo.

«Hay algunos vecinos que ya no vienen a la Colònia porque aquí no se puede descansar, estamos cansados de soportar el ruido de las máquinas», comenta uno de los afectados, quien añade que «si el año que viene tiene que seguir igual, nos trasladaremos a otro lugar». Entre abril y octubre. sólo se pueden realizar obras de interiores desde las 9 hasta las 13 horas y de 16 a 20 horas de la tarde. Sin embargo, explica un vecino, «no sólo sucede que realizan obras de estructura sino que, además, no cumplen los horarios. Hoy, por ejemplo, se han puesto a trabajar a las ocho menos cuarto de la mañana».

Los vecinos que más molestias sufren son los que viven en las calles Auba, Marina, Estrella del Mar y la carretera de Campos puesto que sus viviendas rodean un solar donde se está realizando un edificio de grandes dimensiones y donde se construye un muro de contención para «evitar que se derrumbe la calle», según ha comentado el representante de la promotora, Miquel Oliver. Los vecinos de estas cuatro calles están recogiendo firmas para presentarlas ante el Ajuntament de ses Salines. En el escrito que adjuntarán expresan su malestar por la contaminación de gases derivados de las máquinas, la contaminación acústica, la invasión de la vía pública con vallas y por dejar el recinto abierto cuando los obreros no están.