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J.M. SASTRE El sacerdote Jaume Santandreu se negó a oficiar un funeral porque momentos antes de que se celebrara fue insultado gravemente por el sacerdote Tomàs Riera, quien «gritaba airadamente en la sacristía cuando los asistentes al funeral estaban esperando a que comenzase el oficio», según explica Antònia Caldentey, una de las sobrinas de la difunta.

Jaume Santandreu, que salió sin los hábitos de sacerdote, llorando y pidiendo perdón a los asistentes, dijo que no podía oficiar el funeral y abandonó la iglesia. Muchos de los parroquianos le siguieron, pero él les pidió que volvieran a entrar para realizar el funeral. «De la casa de Dios no se puede echar a nadie», comenta Caldentey, quien agrega que «nos quedamos todos trastocados; los familiares aún no sabemos en qué mundo estamos». El escritor y sacerdote ha explicado que «hace 8 años que Tomàs Riera me increpa cada vez que acudo a decir misa a la iglesia dels Dolors, para esta ocasión pedí permiso tres veces y me dijeron que sí».

Al ser preguntado por las razones que puede tener Tomàs Riera, conocido popularmente por don Tomàs, para insultarle, Santandreu sostiene que «me insultó porque soy republicano» y añade rotundamente: «Si en el 36 hubiera sido sacerdote habría sido uno de los primeros asesinados en Son Coletes». La familia de la difunta está dispuesta a celebrar otro funeral en honor a la difunta en las Benedictinas. El párroco de la Iglesia del Dolors, Rafel Umbert, acudió ayer al domicilio de los familiares de la difunta y pidió disculpas por el comportamiento de don Tomàs.