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Los vecinos de las fincas colindantes con la cementera de Portland denuncian que las mejoras medioambientales anunciadas hace un mes por la empresa Valenciana de cementos «se han quedado en polvo» y se plantean ahora la posibilidad de emprender acciones judiciales contra dicha empresa.

«No se trata de que pongamos en duda la primerísima calidad del cemento elaborado en Lloseta, sino más bien de plantearnos a costa de qué se está consiguiendo esa calidad y enorme producción. ¿De un impacto visual horrible? ¿De que los residuos emanados puedan perjudicar seriamente a la salud?». Con estas palabras se refieren los afectados a la empresa cementera.

Aunque la fábrica de Portland está ubicada en el término municipal de Lloseta, en Binissalem existen más de 80 afectados que residen en suelo rústico muy cercano a la planta cementera. De hecho, el propio Ajuntament de Binissalem encargó la realización de un estudio medioambiental a una empresa catalana que determinaba que la fábrica sobrepasa los límites de ruido permitidos en horas nocturnas y que advierte de la peligrosidad y nocividad que para la salud pública pueden suponer los residuos sólidos que genera.