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Binissalem abrió ayer las puertas de Can Gelabert, un proyecto que data del año 1982, cuando el Ajuntament de Binissalem compró el viejo Casal de Can Gelabert, por 10 millones de pesetas, para convertirlo en un gran centro cultural.

El sueño de hace 18 años se hizo ayer realidad y el municipio puede disfrutar, por fin, de este espacio que ha despertado de «un mal sueño de decadencia». De esta manera calificó el alcalde de Binissalem, Salvador Cánoves, los largos años de deterioro sufridos por Can Gelabert.

La inauguración de Can Gelabert fue presidida por la presidenta del Consell Insular de Mallorca, Maria Antonia Munar, junto a Damià Pons, conseller de Cultura del Govern balear; la consellera de Cultura del CIM, Maria Antònia Vadell y el alcalde de Binissalem. El acto contó con un numeroso público que quiso unirse a la fiesta de apertura. Después de una actuación escénica musical en el patio de Can Gelabert, se procedió al acto protocolario de inauguración en el que se recordó al poeta Llorenç Moya i Gelabert, antiguo propietario de Can Gelabert e impulsor de la cultura en el municipio de Binissalem. El acto tuvo lugar en las salas que albergan las pinturas pompeyanas que empezaron a restaurarse en 1986, con una inversión inicial de Govern y Ajuntament de once millones de pesetas. La inversión se quedó corta y en 1987 se aportaron otros doce millones de pesetas y siguieron en 1991, aunque no fue hasta 1995 cuando se redactó el proyecto definitivo. En 1998 se adjudicó la obra por 148 millones de pesetas. Finalmente, se han invertido más de 220 millones de pesetas.